OXUNMARE
Este niño color no tiene padre reconocido
Ni se parecerá a nadie en particular.
Excluiremos de su alimento el miedo.
Nacerá de la Buena familia del solo vientre de su madre.
Ya le contará ella que la preñaron Los Andes
La olorosa esperma del río,
La noche vaga por los montes, la limonada
El instante de una cálida brisa que llegó Do Brasil.
Le contará que siempre amó perdidamente a las piedras hasta preñarse,
Este niño se me encarna,
Como ese nuevo color rojiviólaceo que trajo el atardecer.
Se va durmiendo el espíritu de mi niño en su planeta.
Viajará en la dimensión espacial en el cuerpo de su madre a nacer en mi presente,
Maravilla la de mi niño soñoliento en dos planetas.
Puerta del misterio la mujer, puerta entre los mundos,
Infundida del rayo, casa de los espíritus que renacen.
Este niño color encontrará a su padre en el corazón de su camino,
Lo llevará a su frente, a su perfecto cielo, a su padre vestido de luz.
Este niño color de la nueva raza se alimentará del alba transparente, habitará el arco iris la mitad del año
Será niño sur de la montaña
Habitará la mar la otra mitad del año
Será niña el norte de las aguas,
Nacerá de la buena familia del solo vientre de su madre.
NACÍ
Nací con ojo,
nací con labio,
nací con centro
cuyo centro era el mar.
Nací con alas
y de allá veía el río
corriendo
sin que pudiera evitarlo...
Y lo bueno de la tierra
era el vuelo,
era amar,
beber el rocío de las hojas
y llover la divina lluvia
cuando el corazón construía su madriguera
y el alba vencía
en nuestra frente.
EL PUMA
Antes de comenzar el camino de la vida, sueño con el puma.
Salgo de una aldea progresista, busco la salida.
Y allí, la vía de tren en medio demarca los mundos.
El camino lleva a la selva, que no es oscura, que se abre
como la más apetecible, encantada, invitante flor,
olor de diosa, de árboles y lianas, de sol y lluvia
donde se casan las brujas en soledad.
En soledad de una selva que vivifica, sigiloso el puma se acerca.
Su imponente espíritu ancestral me toca
y con su cabeza procura caricias, secretos, gemidos.
Sé que viene a despertar el canto perdido en la aldea
y con su tibia lengua bautiza mis manos, mis ojos, mi vientre, mi espalda.
y con su húmeda fuerza eleva mi energía a la cima.
Allí la danza es rito de nuestros cuerpos que ruedan por la tierra
Y sienten, como imán, la esencia penetrada.
Soy el puma y él la humana hembra.
UN HOMBRE HERMOSO EN MI BOCA
Un hombre hermoso en mi boca
La idea permanece lozana
de mis luces hacia adentro.
No cambias la piel del deseo
porque las líneas del ojo se marquen con rabia.
Oh tiempo, dios ingrato,
para mí, un hombre hermoso en mi boca.
Lo demás es río que pasa?
Este niño color no tiene padre reconocido
Ni se parecerá a nadie en particular.
Excluiremos de su alimento el miedo.
Nacerá de la Buena familia del solo vientre de su madre.
Ya le contará ella que la preñaron Los Andes
La olorosa esperma del río,
La noche vaga por los montes, la limonada
El instante de una cálida brisa que llegó Do Brasil.
Le contará que siempre amó perdidamente a las piedras hasta preñarse,
Este niño se me encarna,
Como ese nuevo color rojiviólaceo que trajo el atardecer.
Se va durmiendo el espíritu de mi niño en su planeta.
Viajará en la dimensión espacial en el cuerpo de su madre a nacer en mi presente,
Maravilla la de mi niño soñoliento en dos planetas.
Puerta del misterio la mujer, puerta entre los mundos,
Infundida del rayo, casa de los espíritus que renacen.
Este niño color encontrará a su padre en el corazón de su camino,
Lo llevará a su frente, a su perfecto cielo, a su padre vestido de luz.
Este niño color de la nueva raza se alimentará del alba transparente, habitará el arco iris la mitad del año
Será niño sur de la montaña
Habitará la mar la otra mitad del año
Será niña el norte de las aguas,
Nacerá de la buena familia del solo vientre de su madre.
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NACÍ
Nací con ojo,
nací con labio,
nací con centro
cuyo centro era el mar.
Nací con alas
y de allá veía el río
corriendo
sin que pudiera evitarlo...
Y lo bueno de la tierra
era el vuelo,
era amar,
beber el rocío de las hojas
y llover la divina lluvia
cuando el corazón construía su madriguera
y el alba vencía
en nuestra frente.
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EL PUMA
Antes de comenzar el camino de la vida, sueño con el puma.
Salgo de una aldea progresista, busco la salida.
Y allí, la vía de tren en medio demarca los mundos.
El camino lleva a la selva, que no es oscura, que se abre
como la más apetecible, encantada, invitante flor,
olor de diosa, de árboles y lianas, de sol y lluvia
donde se casan las brujas en soledad.
En soledad de una selva que vivifica, sigiloso el puma se acerca.
Su imponente espíritu ancestral me toca
y con su cabeza procura caricias, secretos, gemidos.
Sé que viene a despertar el canto perdido en la aldea
y con su tibia lengua bautiza mis manos, mis ojos, mi vientre, mi espalda.
y con su húmeda fuerza eleva mi energía a la cima.
Allí la danza es rito de nuestros cuerpos que ruedan por la tierra
Y sienten, como imán, la esencia penetrada.
Soy el puma y él la humana hembra.
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UN HOMBRE HERMOSO EN MI BOCA
Un hombre hermoso en mi boca
La idea permanece lozana
de mis luces hacia adentro.
No cambias la piel del deseo
porque las líneas del ojo se marquen con rabia.
Oh tiempo, dios ingrato,
para mí, un hombre hermoso en mi boca.
Lo demás es río que pasa?
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ETNAIRIS RIVERA.
Nacida en San Juan, Puerto Rico, en 1949. Su obra poética ha sido incluida en importantes antologías de Puerto Rico y Latinoamérica. Ha publicado WY dondequiera (1974), María Mar Moriviví (1976), Pachamamapa Takin (1976), El día del polen (1981), Entre ciudades y casi paraísos (1989), El viaje de los besos/De la flor , del mar y de la muerte (2000; mención honorífica del Pen Club de Puerto Rico) e Intervenidos (2003). Su poesía ha sido traducida a varios idiomas