HABÍA TIERRA EN ELLOS, y
cavaban.
Cavaban y cavaban, y así les iba
pasando el día, la noche. Y no alababan a Dios,
que, según oyeron, quería todo esto,
que, según oyeron, sabía todo esto.
Cavaban, y ya no oyeron nada más;
no se hicieron sabios, tampoco inventaron ningún canto,
no imaginaron otra suerte de lenguaje.
Cavaban.
Llegó un silencio, llegó también una tormenta,
y todos los mares así llegaron.
Yo cavo, tú cavas, y el gusano cava también,
y lo que canta ahí va diciendo: Ellos cavan.
Oh uno, oh ninguno, oh nadie, oh tú:
¿Hacia dónde iba eso si no es yendo a ningún lado?
Oh cavas tú y cavo yo; y hacia ti cavándome ya estoy,
mientras en el dedo el anillo se nos va despertando.
La Rosa de Nadie, 1963
Versión de Arnau Pons
---
En el blog The Melting Pot, traducción al inglés por John Felstiner