No tengas nada en las manos
Ni una memoria en el alma,
Ni una memoria en el alma,
Que cuando te pusieren
En las manos el óbolo último
En las manos el óbolo último
Al abrirte las manos
Nada pueda caer.
Nada pueda caer.
¿Qué trono quieren darte
Que Atropo no te quite?
Que Atropo no te quite?
¿Qué laurel que no mustien
Los arbitrios de Minos?
Los arbitrios de Minos?
¿Qué horas que no te tornen
Estatura de la sombra
Estatura de la sombra
Qué serás cuando fueres
En la noche y al fin del camino?
En la noche y al fin del camino?
Coge las flores mas suéltalas
Apenas tú las mires.
Apenas tú las mires.
Siéntate al sol. Abdica
Y sé rey de ti mismo.
Y sé rey de ti mismo.
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Traducción de José Antonio Llardent, editado por ALIANZA EDITORIAL