Recuerdo el día en que iba a morir en Buenos Aires
y me levanté después como un resucitado de mil tumbas
mirando la calle Belgrano, creo yo,
ya me da igual cómo se llamen las calles,
y tarde en la noche habitada de fantasmas y almas,
pensé en ti,
quise gritarte para ver si me oías más allá de mi voz,
tú, como una reina de un frágil reino tan lejos:
Naufragios, islas...
Y luego, contando mis pasos, uno a uno...
fui y me miré al espejo
y no había nadie:
Nadie.
Es decir:
Sólo tu recuerdo, como una bola de nieve en mis manos,
Y un esqueleto con abrigo.
y me levanté después como un resucitado de mil tumbas
mirando la calle Belgrano, creo yo,
ya me da igual cómo se llamen las calles,
y tarde en la noche habitada de fantasmas y almas,
pensé en ti,
quise gritarte para ver si me oías más allá de mi voz,
tú, como una reina de un frágil reino tan lejos:
Naufragios, islas...
Y luego, contando mis pasos, uno a uno...
fui y me miré al espejo
y no había nadie:
Nadie.
Es decir:
Sólo tu recuerdo, como una bola de nieve en mis manos,
Y un esqueleto con abrigo.